Cada equipo ganó un tiempo de juego y mostró virtudes que deberán potenciar en el Mundial.
Los primeros 30 minutos del partido en Barranquilla fueron una muestra de cómo Chile aplastó a Colombia. El conjunto de la ‘estrella solitaria’ tuvo en Arturo Vidal y en Alexis Sánchez a sus dos ejes de juego que manejaron la pelota a su antojo y enmudecieron a todo un estadio.
Con un esquema de 4-3-1-2 salió Chile al campo de juego del ‘Metropolitano’, flexible y capaz de pasar a ser un 3-4-1-2, los dirigidos por Jorge Sampaoli se aprovecharon una y otra vez de una tíbia Selección Colombia que asombró por su muy mal juego en todas las líneas del campo.
Los de Pékerman, que saltaron al terreno con un esquema 4-2-2-2, tradicional, fueron un mar de errores y solo hasta la segunda etapa, con las variantes, y con una actitud diferente escribió otra historia.
Pékerman, que movió el banco, sacó a un flojísimo Stefan Medina e intrascendente Abel Aguilar y mandó al terreno a Macnelly Torres y a Fredy Guarín. Ahí, con esas variantes, Juan Guillermo Cuadrado ocupó la posición de Medina y Guarín la de Aguilar. La figura del 4-2-2-2 se mantuvo, pero la actitud fue otra.
Luego, tras la correcta expulsión de Carmona, Sampaoli cambió. Antes José Rojas reemplazó a Isla y el entrenador chileno vio cómo Colombia lo empezó a superar en la segunda etapa. Con esta tarjeta roja, el estratega chileno sacó a Cargas y mandó al terreno a Silva: armó la figura 4-3-1-1, que finalizó en un 4-4-1.
El 3-3 ya era una realidad, la clasificación al Mundial de Brasil-2014 a cargo de Colombia era un hecho. Un juego intenso, emotivo y que presentó varios pasajes muy tácticos tras las variantes, la expulsión de Carmona y los goles.
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